En las organizaciones, es imprescindible tener una buena comprensión de lo que está sucediendo en cualquier momento. Esto puede tomar muchas formas y existen innumerables enfoques para hacerlo. La implementación de los llamados KPI, indicadores clave de desempeño, es uno de ellos.

Los KPI´s se pueden definir como “métricas específicas del desempeño de un individuo, equipo o departamento que se manifiestan en acciones”. Reflejan el éxito o el fracaso crítico que se pueden utilizar para comprender el desempeño actual y prepararse mejor para el desempeño futuro.

Los KPI suelen ser una métrica (número, porcentaje, escala, etc.) que refleja el estado de una entidad en un momento determinado. Una entidad en este contexto puede ser cualquier cosa que parta de una organización, un proceso, una pieza de maquinaria o cualquier otro tipo de sistema.

En otras palabras, un KPI cuantifica el status de una cosa en particular. Es una métrica que ayuda a identificar, medir, informar y gestionar desarrollos clave. En los negocios, esto es increíblemente útil; los KPI reducen la complejidad de muchos procesos diferentes y reducen lo que está sucediendo en un solo número. Esto puede arrojar luz sobre desarrollos pasados y direcciones futuras pues desde la perspectiva corporativa, al utilizar las técnicas de medida adecuadas se genera un progreso continuo de la gestión.

Teniendo en cuenta la explicación anterior, es relevante exponer los tres de los conceptos que abarcan los KPI y constituyen su objetivo:

Key: 

Indica que lo que se está midiendo debe ser relevante. Existen diversos niveles de relevancia, estos se relacionan con la jerarquía organizacional a la que estén enfocados los indicadores de gestión.

Performance:

Establece que lo que se esté midiendo debe situarse en el foco del término general y también de la definición del indicador. Por esta razón, se cuantifica el nivel de desempeño de un proceso, actividad, proyecto, etc.

Indicator: 

Para que la métrica utilizada sea útil y relevante, debe  proporcionar información del pasado y del presente y evaluar de forma objetiva lo que se espera del proceso, actividad o proyecto, aspecto que permitirá tomar mejores decisiones a futuro y a su vez mejorará el desempeño del indicador.